MANIFIESTO DE ANDALUCÍA DIGNA
Andalucía Digna es un espacio de reflexión en
Podemos abierto a todas las personas comprometidas con el cambio político y la
transformación social. Una iniciativa que no se crea contra nadie y que busca
una mayor apertura al exterior y una firme defensa de las garantías democráticas
y el pluralismo interno.
A veces se puede llegar más rápido si se
viaja sólo, nosotras y nosotros queremos llegar lejos y eso sólo se consigue
acompañándonos mutuamente en nuestra pluralidad. Porque los logros de un
colectivo son siempre el resultado del esfuerzo combinado de todos y todas.
Queremos sumar para lograr una síntesis
superadora de las divisiones injustificables ancladas en el pasado que han
impedido, en gran medida, el avance de Podemos como proyecto de mayorías.
Apostamos por construir colectivamente,
aprovechando las capacidades e iniciativas de todos y todas, sin preguntar su
procedencia; depositamos nuestra confianza en los círculos porque sin
participación real e implicación consciente de los inscritos e inscritas no es
posible Podemos; deseamos horizontalidad y democracia frente a verticalismos y
dedazos; pretendemos canalizar sinergias que enriquezcan nuestro conocimiento
social y fortalezcan nuestro compromiso; combinamos ideas y acción, discurso y
movilización, gestión y calle.
Tenemos que preguntarnos qué Podemos
queremos. Y hay dos opciones, ambas legítimas en el debate de ideas. Es el
momento de elegir si queremos que Podemos aspire a ser un partido más del
tablero político que contribuya a la gobernabilidad y estabilidad institucional
del régimen o por el contrario, recuperamos la frescura y viveza de una nueva
forma de hacer política aliándonos con la gente frente a los mercados y a la
casta. Nosotras, las personas que firmamos este manifiesto, optamos, sin ningún
género de dudas, por la segunda opción.
Queremos que Podemos, junto a las múltiples
expresiones del movimiento por el cambio, como son las candidaturas
municipalistas de unidad popular, los movimientos sociales comprometidos, el
sindicalismo de base, las luchas y movilizaciones que protagoniza la ciudadanía,
sea el adalid de la construcción de una alternativa frente a la corrupción y el
turnismo de un régimen que hace aguas. No hemos nacido para tener el BOJA y el
BOE en nuestras manos y ser obligados a gestionar los recortes y las miserias
presupuestarias. Nacimos para que nunca más gobiernen los mercados, para
construir soberanía popular, para que la gente decida todo porque lo queremos
todo.
El pueblo es la parte que quiere
convertirse en el todo. Y esa parte se convirtió en todo cuando dió ese salto
valiente de lo social a lo político, de las plazas a las marchas, del 15M a la
dignidad de los pueblos acogidos por el Madrid rebelde un histórico 22M. Un espíritu
aglutinador de las demandas y reivindicaciones sociales que nace de la
indignación ante la pérdida de derechos y libertades en favor de los
privilegios de la oligarquía, de los poderosos. Podemos nace del pueblo
indignado que dice basta de corrupción y de recortes de derechos y libertades.
Queremos recuperar esa frescura de los primeros momentos, esa impertinencia
plebeya que mira a los ojos a la casta y les dice se os acaba el cuento.
Y esto sólo se consigue ilusionando de nuevo
a muchas personas que nos han abandonado o han dejado de ser activos en sus círculos
hartos de disputas internas importadas, amiguismos y luchas palaciegas de la
peor calaña. Nos proponemos abrir las puertas y ventanas para que entre la luz
de muchas personas ninguneadas que tienen mucho que aportar y convertir Podemos
en una herramienta colectiva que sea útil para el empoderamiento de la gente.
Vivimos en Andalucía. Y ya esta frase es
decirlo todo. No se puede analizar la realidad sin partir de este contexto.
Porque nuestra tierra no sólo es singular por su larga historia y rica cultura,
sino también porque adolece de problemas estructurales, debilidades y amenazas
que nos han conducido a la subalternidad política y a la dependencia económica.
En Andalucía, tenemos una tasa de exclusión
social infantil 15 puntos superior a la media del conjunto del estado. Tenemos
una tasa de desempleo nueve puntos por encima de la media estatal. Nuestra tasa
de escolaridad en el primer ciclo de educación infantil es del 36,7% mientras
que, por ejemplo, en la Comunidad Autónoma Vasca es del 91,6%. Nuestra renta
per capita sigue estando 26 puntos por debajo de la media estatal, más o menos
igual que hace décadas. En cualquier indicador social estamos en la cola.
Todas las supuestas modernizaciones y campañas
publicitarias de la Junta de Andalucía encallaron en el dique de la macabra
realidad del paro masivo, el exilio económico de nuestra juventud y la
violencia de los desahucios. Todos los discursos triunfalistas quedaron vacíos
frente a la corrupción sistémica del régimen.
En Andalucía hace falta democracia y libertad
con mayúsculas porque el relato oficial adultera cada día la realidad de sus
gentes. La historia nos la siguen robando y la cuentan los poderosos. Es hora
de que el pueblo andaluz protagonice de nuevo su destino como lo hizo aquel 4
de Diciembre en el que derramaron criminalmente la sangre de los andaluces y
andaluzas. Hay que ganar Andalucía y derrotar de una vez el régimen que canta
el himno por obligación protocolaria. Nosotras y nosotros lo hacemos sintiendo
en el corazón el ansía de justicia que aún sigue pidiendo tierra y libertad.
Andalucía lleva décadas sufriendo las
mentiras e imposturas de unos pocos. Es mentira que gobierne el socialismo,
mentira que con Franco se enterrara el régimen, mentira que los ERE’s fueran
cosa de cuatro chorizos y unos cuantos garbanzos negros. Falso el discurso de
la democracia, mientras nos gobiernan desde la distancia los que siempre han
considerado Andalucía una tierra para el saqueo. Falso el discurso de que la soberanía del pueblo andaluz reside en
el Parlamento, mientras el Susanato no cumple con los mandatos del pueblo
porque éstos van en contra de los intereses de los que verdaderamente detentan
el poder. Falso el discurso del Estado del bienestar cuando el desmantelamiento
progresivo de los servicios públicos más básicos es una constante.
Apostamos por la memoria y la
esperanza, por la utopía y la dignidad, por levantar Andalucía con sus gentes,
con sus hombres y mujeres que luchan cada día frente a la ignominia del
caciquismo. Nos queremos libres.
Reivindicamos una herencia. La de
aquellos y aquellas que se atrevieron a luchar y a soñar. Desde Blas Infante a
Diamantino García hay un sendero de utopía que queremos recorrer. Queremos
construir poder popular en la
lucha por el pan, el techo, el trabajo, la democracia y la soberanía. Las
ventanas de oportunidad se agotan cuando se abre paso el desaliento. Hace mucho
se dijo que donde hay una necesidad nace un derecho. Esa revolución está, no se
ha apagado. Arde con la fuerza del discurso de la transformación social desde
una ética en clave de coherencia, renuncias materiales, proximidad a los
problemas de la gente, entrega y fortaleza ante la represión.
Hacemos un llamamiento a construir colectivamente
un nuevo tiempo. Nuestra intención es trasladar ideas para seguir pensándolas,
plantear propuestas para seguir trabajándolas, impulsar iniciativas para seguir
sumando, comprender las complejidades para poder cambiarlas, empujar utopías
para seguir soñando.